Uno de los efectos más destacados de la implantación del autoservicio ha sido su efecto en el bienestar del personal. Antes, los asesores de servicio de Breeze tenían que quedarse hasta tarde para las recogidas retrasadas o venir los sábados para apoyar las recogidas de fin de semana, a pesar de que en esos días había relativamente pocas reservas.
Con la nueva configuración de terminales, el personal ya no tiene que estar presente para la entrega de vehículos fuera de las horas de trabajo habituales. Como resultado, el concesionario tomó una medida audaz: cerró por completo el departamento de servicio los fines de semana.
«Para nuestro equipo, ha supuesto una gran diferencia», afirma Martin. «Nuestros asesores ya no tienen que quedarse hasta tarde y han recuperado sus fines de semana. Es una gran victoria».
El equipo adoptó el cambio rápidamente. Un asesor de servicio se convirtió incluso en el defensor interno del sistema, asumiendo el liderazgo en formación y asistencia. Desde el primer día, el equipo vio las ventajas y reconoció el potencial para mejorar tanto la experiencia del cliente como la del empleado.
